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Denuncia de irregularidades: Las sombras de siempre en las urnas de Alberdi

Las elecciones municipales en Juan Bautista Alberdi volvieron a dejar al descubierto mecanismos que, pese al paso del tiempo y a los cambios de contexto, siguen vigentes en la política local. Acarreo de votantes, ocultamiento de boletas, estructuras paralelas que funcionan como “cajeros automáticos” y un sistema de acoples que multiplica candidatos pero no necesariamente la voluntad real del electorado. Así lo denunció el ex candidato a intendente Luis María (Luis Díaz) Augier, referente de Cambia Alberdi, quien reclamó “un sistema electoral más justo y transparente” para los próximos comicios.

“Nos escondieron las boletas, hubo acarreo y los búnker del oficialismo funcionaban como cajeros automáticos”, afirmó, al describir prácticas que en Tucumán parecían propias de otra etapa, pero que –según dijo– siguen operando en elecciones municipales. Augier quedó segundo, a pocos votos del oficialismo, pero su espacio superó los 2.700 sufragios y consiguió tres bancas en el Concejo Deliberante, lo que lo convierte en la principal fuerza opositora del municipio.

Para el dirigente, el problema no se agota en una elección con incidentes puntuales, sino en la persistencia de un modelo “obsoleto y arcaico” que habilita el clientelismo. “El sistema de acoples permite el pago del voto y la compra de voluntades. No refleja la verdadera voluntad del elector”, cuestionó. Ese esquema –que en los hechos dispersa la oferta electoral y facilita el armado de listas satélite– es, a su juicio, el caldo de cultivo para que reaparezcan las viejas prácticas: punteros que controlan mesas, boletas que desaparecen de los cuartos oscuros, transporte de votantes desde los barrios y centros operativos que entregan dinero o beneficios el mismo día de la votación.

En ese marco, Augier valoró el contraste que dejó la elección de diputados, que se realizó en simultáneo con boleta única de papel. “Fue la gran ganadora de esta elección: más rápida, más clara y más transparente”, dijo. El mensaje es evidente: cuando el sistema desalienta intermediarios y simplifica la oferta, el margen para la manipulación baja.

El exconcejal también contó que presentó denuncias ante la Junta Electoral por las irregularidades detectadas en distintas escuelas y adelantó que pedirá una rendición de cuentas al interventor municipal. “La transparencia no se negocia. Vamos a exigir que se informe qué se hizo desde el 9 de junio hasta ahora y en qué condiciones se entrega el municipio”, remarcó, dando a entender que la discusión no es solo electoral sino también administrativa.

Detrás de su planteo aparece otro dato político: no obstante las maniobras que denuncia, Augier leyó el resultado como un punto de inflexión. “Hemos despertado la esperanza de los vecinos de que se puede hacer política de otra manera. Alberdi es un pueblo esperanzado”, sostuvo. Para 2027 ya se imagina un escenario distinto, con una oposición más ordenada: “Cuando dejamos de lado las banderías políticas y trabajamos por una causa común, la sociedad lo reconoce. Lo que pasó en Alberdi es un mensaje claro: la gente pide renovación, transparencia y unidad”.

Lo que deja esta elección, entonces, es una doble postal. Por un lado, la supervivencia de las viejas prácticas que desvirtúan la competencia democrática en el interior tucumano. Por el otro, un electorado que mostró que, aun en esas condiciones, puede fortalecer a una oposición que denuncia, controla y propone cambiar las reglas del juego. La próxima disputa estará, justamente, en quién se anima a tocar esas reglas.

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