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Un crimen denuda la pobreza y marginalidad con la que se vive en Alderetes

Un hombre murió después de haber sido apuñalado cuando salió en defensa de un amigo al que estaban agrediendo. El motivo del ataque: la negativa de la víctima a abonar un canon de $2.000 por contar con el servicio de energía eléctrica. El barrio Jerusalén es el caserío que está ubicado a la par de la ruta que conduce al aeropuerto del aeropuerto Benjamín Matienzo, en Alderetes. Allí se registró el homicidio número 46 de lo que va en el año en nuestra provincia.

Pasadas las 18, Luis Eduardo Rojas (34 años) caminaba por las calles del caserío cuando descubrió que tres hombres estaban agrediendo a un conocido suyo. La víctima buscó calmarlos, pero terminó siendo agredido. Uno de los desconocidos, según consta en el expediente, extrajo de entre sus prendas un cuchillo tipo carnicero y lo hirió en la clavícula izquierda, dejándolo tendido en el suelo. Los vecinos trasladaron al herido en un vehículo particular al Centro de Salud, donde llegó sin vida.

“Cuando lo vi sabía que no estaba bien. Ese muchacho estaba muy pálido y apenas si podía hablar. Nunca antes vi algo así. No lo voy a olvidar más”, dijo Jennifer González, una joven de 19 años que espera su tercer hijo.

En el barrio Jerusalén hay un insólito sistema de suministro de energía. Los vecinos que consiguen colgarse de algún cable, le ceden el servicio a otros que no saben o no pueden hacerlo por distintas razones. Fuentes policiales y judiciales no sólo confirmaron la versión, sino que explicaron que los habitantes pagan entre $2.000 y $3.000 para tener luz en sus hogares.

“El problema se armó porque los asesinos fueron a molestar para que les pagaran. El dueño de casa no tenía plata y ahí comenzaron a pegarle”, comentó Francisco Medina. “Ese pobre hombre se la rebusca recorriendo las calles del centro buscando cartones. ¿Sabe todo lo que tiene que andar para juntar unas monedas? Ese es su único ingreso que le sirve para alimentar a sus seis hijos y a su mujer que está embarazada”, comentó.

Medina, con paciencia de una mujer que lleva años viviendo en la miseria, agregó: “el ‘chango’ Rojas observó lo que estaba pasando y fue ayudarlo. Según cuentan los vecinos, les decía que lo dejaran en paz. Que no tenía para darles de comer al ‘hijerío’ y querían cobrarle porque estaba colgado de la luz. Uno de esos desalmados no dudó y lo terminó apuñalando”.

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