Una serie de escándalos y de irregularidades en el Tribunal de Cuentas de Tucumán, el ente estatal encargado del control del gasto público en la provincia, motivaron a que el lunes 5 de agosto ingresara en el Poder Legislativo provincial un pedido de juicio político para que el presidente del organismo, Miguel Chaibén Terraf.
El pedido de destitución comprobó que Terraf firmó los acuerdos (así se denominan los pronunciamientos del Tribunal de Cuentas) que aprobaron 24 operaciones de compras del Estado al proveedor Luis Eduardo González, que es su propio consuegro.
El presidente del Tribunal de Cuentas debió excusarse dado que el hijo de este proveedor es Esteban González, marido de una de las hijas de Terraf, quien además se desempeñó como abogado del Tribunal de Cuentas. Dado que Luis Eduardo González tiene 84 años de edad, la posibilidad de que su negocio sea llevado adelante por su hijo Esteban, yerno de Terraf, no puede descartarse. Otra razón por la cual Terraf debió apartarse en esos expedientes, al igual que los jueces de los tribunales judiciales de Tucumán se apartan de intervenir en causas en las que son mencionados sus consuegros y sus yernos, como lo prueba largamente la jurisprudencia citada en el planteo de juicio político.
El pedido de Juicio Político finalmente no prosperó en la Legislatura y, los acuerdos millonarios a favor de Luis González continúan. Así se desprende del acuerdo 3128, publicado ayer por el Tribunal de Cuentas.
«Autorizar a la Dirección de Compras y Contrataciones del Ministerio de Desarrollo Social, a realizar la Contratación Directa con la firma Luis Eduardo González, por la suma total de $17.777.381, para la provisión de carne vacuna destinados a niñas, niños, adolescentes y adultos mayores que ingresan a los distintos Dispositivos de Cuidado Institucional», indica parte del texto del acuerdo publicado por el TC y que lleva la firma de Terraf.
La decisión de continuar con los acuerdos de esta forma es una muestra más de que, como el fútbol, en Tucumán siempre vale el «siga, siga…»